Bestiario del Páramo: Moscorpiones

BestiarioDrSiriousHola trons.

Como todo quisqui sabe, el Páramo está lleno de bichos peligrosos, que te pueden arrancar las pelotas a poco que te descuides. Normalmente la basca se va por ahí a verlas venir, sin coscarse de qué bestia se puede encontrar, y luego pasa lo que pasa. Por eso he decidido dedicar mi vida a ser un masca de estos temas, siendo Bichólogo y Mutardólogo Oficial del Gremio Electroprotéico de la Carne y el Metano de Puentechatarra (del que soy miembro fundador, y también presidente, secretario, tesorero y especialista de campo). Soy el doctor Sarious e intentaré en esta Guía de los animales, criaturas y mutaciones del Páramo realizar un estudio chachi de los bichos que pueblan nuestro mundo.

El Páramo no sería tan mal lugar para vivir, si dejamos a un lado los tiroteos, el hambre, las enfermedades, los cultos de chiflados, los putos Mutardos, la radiación, las bestias feroces y la bruja asquerosa de mi suegra, si no fuese por los moscorpiones. Sí, esos vampiros voladores que se cuelan en tu kelo mientras duermes por el verano y te meten unos picotazos que lo flipas. Esos.

Descripción

Los moscorpiones son como una especie de arácnido volador, con ocho patas y un aguijón tremendo en la parte trasera de su cuerpo triangular y chato. Para volar disponen de un par de alas situadas a cada lado de su lomo, de forma ovalada y gruesas como rejillas de motor (para levantar ese corpachón acorazado, falta le harán). Tienen una cabeza chiquitaca, con dos ojos abultados llenos de ojillos más pequeños, dos antenitas mierderas y unas pinzas peludas a cada lado del orificio de su boca. Aunque su tamaño suele rondar el de una cucaracha común, he visto ejemplares tan pequeños como una uña y otros tan grandes como el nardo de mi primo tercero, “Dos Pistolas” Günderssen, el que vive en la cabaña de madera del tercer nivel, al lado de las letrinas. Lo apodan así aunque el tío sólo suele ir con un revólver al cinto, ya me entendéis. Algo asombroso. Mutardesco, yo diría.

Hábitat

Cualquier lugar es bueno para que aparezcan colonias de moscorpiones, aunque tienen predilección por zonas habitadas ya que los muy cabrones se alimentan de sangre. Da igual que sea sangre humana o de animal (hasta donde yo sé, ni siquiera estas alimañas de mierda se atreven a picar a los Mutardos, algo bueno que tienen esos desechos de la humanidad), el caso es que rondan los asentamientos para caer sobre cualquier ser vivo desprevenido, preferiblemente cuando esté durmiendo. En épocas de mucho calor también es habitual verlos formando auténticas nubes de estos seres sobre charcas de agua estancada, ya que parece ser que las grandes masas de agua los atraen debido a la humedad ambiental, que por lo visto favorece su apareamiento y eclosión de los huevos. Nunca he sido testigo de semejante proceso, gracias a los Antiguos, pero sí me he topado alguna vez con racimos de huevos escondidos entre las plantas de la orilla que supongo pertenecían a esta especie, ya que en cerocoma se me ha echado encima una nube de moscorpiones furiosos para espantarme del lugar y me han dejado la cara como el culo de un Mutardo a base de picotazos.

bestiarioMoscorpionComportamiento

Estas criaturas parecen vivir únicamente para comer, es decir, chuparle la sangre a otros seres vivos más grandes. Bufamellos, galligartos, perros, tu abuela… cualquier bicho es un objetivo potencial. Pero cuando aprieta el calor su táctica favorita es acechar en el interior oscuro y bochornoso de las casas, esperando que algún habitante feliz y despreocupado de Puentechatarra se proteja de la calor para echarse un sueñecito. Es entonces cuando empiezan su lento y sádico vuelo en círculos, sobre la cabeza del objetivo, buscando el lugar ideal para posar sus ocho patas endiabladas sobre la piel del incauto y clavarle el aguijón para empezar a chupar sangre. Que puede que no sea letal, pero pica que te cagas y te estás jodiendo vivo unos cuantos días. Por suerte, el batir de sus gordas alas suena igual que un rifle automático gastando balas como si fuesen gratis, así que a no ser que tengas el sueño como una puta piedra de río, te despertarás a tiempo para empezar una divertida cacería por toda tu casa, lanzándole todo tipo de cosas o intentando aplastarlo con lo que tengas a mano. Pero ten cuidado, son muy duros y si no los matas a la primera, van a volver a por ti… con colegas.

Usos

Ninguno. Pueden llegar a ser divertidos como pasatiempo, si te gusta andar cazándolos por casa o intentar montarles alguna emboscada apagando todas las luces y esperando a que el batir de sus alas los delate. Aparte de eso, puedes usarlos como advertencia para otros moscorpiones, dejando sus cadáveres estampados en la pared, el techo o donde te los hayas cargado, para ir marcando territorio. Aunque quizá eso sólo consiga enfurecer más todavía a los demás… Tú verás…

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Un comentario

  1. hasta las moscas son jodidas, chale

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