Relato: El mongolongo borracho contra el dragón artrítico

En las ruinas del viejo Autocine Tetsuo una panda de taraos habían elevado casi a la categoría de religión cualquier cinta con ninjas, explosiones y guiones escritos en tres servilletas usadas en el poco espacio que dejaba la grasa y algo que esperemos que no fuera lefa. En otro tiempo,… Seguir leyendo